LA QUEJA DE DIOS…
Aunque me llaman el Altísimo, ninguno absolutamente me quiere enaltecer…Oseas 11:7
La queja de Dios para con el pueblo de Israel en el libro de Oseas, es la misma queja del Señor Jesús en el evangelio de Lucas, cuando dijo; ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que digo? (Lcs.6:46)
Dios había demostrado su amor para con la nación de Israel desde muy temprano, no obstante la nación entera se había vuelto en rebelión y rebeldía para con su Señor; Dios les dice: cuando aún eran una nación jovencita les amé, les saqué de la tierra de Egipto, les enseñé a caminar y con cuerdas de amor les atraje, sin embargo; Israel rechazó a su amoroso Dios…
Me doy cuenta que yo mismo soy así, existe una tendencia en mi a la desobediencia y rebeldía, una tendencia a apartarme continuamente de los caminos del Señor, para hacer mi propia voluntad y satisfacer lo que mi mente y corazón me dicen…
Al leer la Biblia me doy cuenta que Dios, es un Dios amoroso y misericordioso, lento es Él para la ira, pero grande en misericordia. Él (Dios) nos ama, desea que le obedezcamos y que caminemos según su voluntad, nos es paciente y benigno, pero también es un Padre, y como Padre a quien toma por hijo, Dios lo disciplinará (Hebreos 12:6-7)
El versículo de Oseas, debe llevarnos a hacer una reflexión profunda de cómo está mi relación con Dios, ¿Soy yo de los que le llaman el Altísimo, pero me niego (o resisto) a enaltecerle? ¿Soy yo de los que le llamo mi Señor, pero no hago como él dice?
¡Dios, mi oración sincera es que trabajes en mi, que cada día quites aquellas cosas que me impiden vivir para ti. Quiero enaltecerte siempre, y que los demás al verme puedan glorificar tu nombre!
«Asegúrense de vivir este día para enaltecer el nombre de Dios»